
"Una hinchada impresionante. En Boca no grita un sector, gritan todos. Yo les digo a quienes vienen a jugar la Libertadores contra Boca y me preguntan: ningún jugador va a tener miedo, pero te desconcentran con tanto grito. No vi nada igual en otro estadio", dijo Veira.
Héctor Rodolfo Veira no dudó ni un segundo en cruzar de vereda, a pesar de haber sido campeón de América y del mundo con River. Tampoco lo afectó su pasado en San Lorenzo y Huracán. En 1997 se calzó el buzo de entrenador de un Boca de figuras y no pudo salir campeón por muy poco, en la previa de la llegada de Carlos Bianchi. Sin embargo, ese casi año y medio que estuvo en el club le permitió sentir el calor de la Bombonera y definirlo con su sello tan particular.
"Voy a contar una historia. La Bombonera en un Boca-River yo creía que se partía. Un partido que arrancó ganando River y Salas erró un penal. Y en el segundo tiempo Boca lo dio vuelta en siete u ocho minutos con goles de Palermo, Arruabarrena y Caniggia. Y yo le dije a Pogany, que estaba al lado mío, vámonos porque se parte la cancha. Nunca vi una cosa igual. Creí que se caía el estadio cuando pasó a ganar 3-1 que después terminó 3-2", agregó en Mundo Boca Radio sobre el superclásico del 11 de abril de 1998.