GOLF
Historia del Golf en Argentina
Fueron los obreros, capataces e ingenieros contratados en Inglaterra para la construcción del ferrocarril en nuestro país, quienes, a partir de 1879, comenzaron a introducir el Golf en la Argentina.

En aquel año, el escocés Henry Smith arribó al puerto de Buenos Aires con una bolsa de palos de golf en su equipaje. Al llegar a la Aduana se vio envuelto en una situación surrealista que, con el paso del tiempo, se convirtió en una anécdota muy divertida. Contaba Smith que fue retenido en el puerto, porque el empleado aduanero no terminaba de comprender para qué servían esos palos de vara de madera y cabezas de hierro. Creyó advertir un cierto poder agresivo y vagamente misterioso en ellos, ya que, según pudo comprender Smith –que entonces sabía muy pocas palabras en español–, el funcionario pensaba que se trataban de armas de guerra y los quería confiscar.

Otro escocés, Valentín G. G. Scroggie, jugó el primer match de golf del que se tenga conocimiento en nuestro país, el 13 de marzo de 1892, en la plaza del pueblo de San Martín. De ahí que se lo considere el padre de este deporte en la Argentina. A partir del interés que despertó la disciplina en la nutrida colonia británica se fundó en el barrio de Belgrano el San Martín Golf Club, cuyo primitivo campo de golf (el primero construido en Sudamérica) era un baldío lleno de pozos, al que había que limpiar de pastizales y malezas para emparejar el terreno. En ese mismo año se construyó la primitiva cancha del Hurlingham Club, y al año siguiente, en 1893, la del Lomas Athletic Club. Ambos eran clubes fundados con anterioridad para la práctica de deportes tradicionalmente británicos. Si bien el San Martín, que luego dio origen al San Andrés, es considerado el club más antiguo, Lomas fue pionero en la organización de competencias. En su cancha se jugó el primer torneo para damas y dos años más tarde, el 15 y 16 de agosto de 1895, golfers de ambas orillas del Río de la Plata disputaron en el Lomas Athletic Club el Primer Campeonato Amateur del Río de la Plata.

El torneo se convirtió en el Campeonato Argentino de Aficionados y fue la primera competencia organizada en América latina de forma absolutamente privada por el club sede. El uruguayo George Baker ganó la medalla de oro donada por Mr. Bithell, un entusiasta del golf, y dado que no existía control de handicap, el montevideano se adjudicó a su libre albedrío un handicap de +8. Hizo 62 golpes en la ida de nueve hoyos, y 51 en la vuelta, venciendo por uno a M. G. Fortune.

En 1894, se había jugado en el Newport Golf Club de los Estados Unidos un ensayo de lo que después devendría en el Campeonato Nacional Amateur, y la diferencia fue que allí se promovió la constitución de un organismo –la USGA– para que reglamentara el golf en el país del norte. En la Argentina, y quizás porque el golf aún se encontraba en estado germinal, un grupo de pioneros creyó que todo podía resolverlo simplemente un comité.

A fines del siglo XIX, el golf apenas había echado raíces en la Argentina y era propiedad exclusiva de los ingleses. Probablemente Juan Dentone era el único profesional de golf nacido en el país, que ejercía como tal en el Lomas A. C. En Buenos Aires sólo existían cuatro clubes de golf, uno en Montevideo y otro en el interior (Rosario Golf Club), y mantenían entre ellos una fluida comunicación.